Rasurarse… hábito desde el inicio de los tiempos

Rasurarse
Rasurarse o barba

Rasurarse. ¿Recuerdas la última ocasión en que te rasuraste bien? No todos, desde luego, sienten la necesidad de rasurarse. Pero algunas pinturas rupestres indican que el hombre ha cuidado su cara desde hace sesenta mil años.

Los antiguos egipcios se rasuraban con cuchillos de bronce. Los romanos se quitaban la barba con piedra pómez. Los griegos consideraban que un cuerpo rasurado era el ideal de belleza, juventud, es por ello, que, en las clases sociales altas, se llevase a cabo esta práctica.

Todavía en la actualidad, en varias culturas, la barba da un aire de sabiduría a quien la tiene. Rasurarse se volvió muy popular entre los anglosajones del siglo siete antes de cristo. La barba ha regresado al gusto de la cultura occidental desde los años sesenta.

Sin embargo, si tú eres de los que no se van a dejar la barba, por más popular que esta tendencia se vuelva, te recomendamos que, antes que nada, la suavices.

Rasurarse
Rasurarse

Rasurarse con un peluquero, o en casa

Un peluquero colocaría un paño humedecido en agua caliente sobre tu cara por un par de minutos. El barbero tensaba la piel por secciones, y así crear una superficie uniforme. Requería de mucha habilidad para aplicar la presión justa sobre la hoja de afeitar y rasurar en un ángulo perfecto.

Rasurarse
Rasurarse con el peluquero

Actualmente eso ya no es necesario, simplemente date un baño con agua caliente primero, lávate la cara en la ducha para remover la grasa, mugre y cebo, que tapan los poros e impiden que tu barba pueda absorber agua. Cuando salgas de la ducha, échate agua caliente en la cara y ponte tu crema o gel de rasurar favorita para mantener la humedad y el calor, y disfruta tu rasurada.

No es solo por apariencia estética, los hombres deciden rasurarse por cuestiones de higiene o simplemente estilo, sea cual sea la razón, un estudio demostró que la piel sin vellos responde mejor al estímulo de acciones, por ejemplo, caricias con una pluma, besos en la mejilla y la sensación de frío en la piel rasurada que, con la presencia de vello, Tomen notas chicas.