Radiofrecuencia facial y la ansiedad que genera querer tener una buena imagen ha existido desde siempre; actualmente, la tecnología ha permitido que muchos de los tratamientos que solo estaban al alcance económico solo las altas esferas, hoy sean frecuentes en mujeres y hombres también de clase media.
La pretensión de seguir viéndose bien físicamente conforme va pasando los años, es lo que ha llevado a que muchas personas se sometan a procedimientos como la radiofrecuencia facial; “uno de los métodos de belleza más solicitados para reducir e incluso eliminar las arrugas del rostro y devolver a la cara ese aspecto juvenil”.
Qué es la Radiofrecuencia Facial
Expertos aseguran; que es uno de los tratamientos de rejuvenecimiento del rostro más efectivos de cuantos existen en la actualidad: “Se puede decir que conseguimos los mismos efectos que un lifting, pero sin pasar por el quirófano. De hecho, se le conoce como el nuevo lifting sin cirugía”, explican.
Se emplean ondas de radiofrecuencia, que provocan sobre el tejido subcutáneo energía en forma de calor. Se estimula así la migración de fibroblastos, lo que provoca la contracción de las fibras de colágeno, responsables de tensar la piel.
También produce un efecto vasodilatador en el rostro; es decir, mejora la circulación sanguínea. Y eso beneficia el transporte de nutrientes y oxígeno por las células, lo que también tiene un efecto rejuvenecedor.
Este procedimiento es sencillo y no tiene contraindicaciones; a excepción de las pieles especialmente sensibles, con alguna enfermedad o infección cutánea, que presenten ampollas y otras anomalías; o que hablemos de mujeres embarazadas.
Los tipos de radiofrecuencia facial son resultado de muchos años de investigación y evolución, en los que destaca la aplicación de la tecnología.
El monopolar o unipolar genera calor directamente en la capa más profunda de la piel, por lo que es útil para atacar los tejidos adiposos. Eso sí es el menos efectivo de la radiofrecuencia, según explican.
El bipolar, por su parte, opera en la capa más superficial, lidiando especialmente la flacidez. El tripolar, es una composición de los otros dos, por lo que combate la grasa y la flacidez. La energía y el calor se dispersan menos, por lo que se necesita menos potencia. Eso lo hace también más seguro, evitando que el paciente se queme.