Concha Velasco es de aquella que empeña sus anillos cuando tiene deudas; y es así como cumple con Monte Piedad en sus 315 aniversario.
Velasco es de esas mujeres de estirpe con su experiencia en las tablas; tales como: La Espert, La Herrera o La Sardá. Sin lugar a duda, esa simpatía que gasta Concha resulta arrolladora; su sonrisa deslumbrante hace imaginar un genio al que se ha bautizado como “el alien”.
Velasco fue maestra de ceremonia en la conmemoración del 315 aniversario del Monte de Piedad. El evento se llevó a cabo en la Casa de las Alhajas. Entre las joyas más destacadas en la subasta resultó ser un brazalete Bvlgari de diamantes años 50.
El paso de Concha Velasco por Monte Piedad
Concha ya conoce muy bien esta institución, ella misma ha empeñado sus joyas en varias ocasiones. En este sentido, manifestó estar muy contenta de dirigir la subasta. Al respecto ella dice:
“Precisamente para que no se me caigan las he traído aquí y las he empeñado. Por eso me conocen tanto. Yo vengo aquí con la frente muy alta».
Por otro lado ha agregado:
«En mi caso, he tenido momentos maravillosos en los que Paco Marsó me ha regalado una joya enorme y yo, que no soy muy de llevarlas, me he dicho: ‘la empeño y con lo que me den monto las escaleras de Mamá, quiero ser artista’. El decorado giratorio de La rosa tatuada, de Tennesse Williams, fue gracias a un broche que traje aquí».
En ocasiones a Concha se le despierta el alien. Entonces es cuando manifiesta:
“Que si voy a echarme un novio, que si no me siento muy sola… Ahí me sale el alien. ¡Yo no quiero tener novio! Yo tengo un novio maravilloso, que es este niño».
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